jueves, 30 de abril de 2020

"Yo soy el pan de la vida" (Jn 6, 45-51)


En el discurso sobre el Pan de Vida (capítulo 6 de S. Juan) Jesús nos habla de lo que recibimos en la Eucaristía: al mismo Jesús, su persona ("mi carne", en la manera de decir hebrea de aquel tiempo). Él es alimento que nos da la vida de Dios, vida eterna y verdadera.

Nos habla, además, de la vida trinitaria: Dios Padre nos atrae hacia Jesús, porque nos ha creado para que nos unamos a Cristo. Y Jesús, por su parte, es el que nos da a conocer al Padre. Llegamos al Padre a través de Cristo.

Esperamos poder volver a participar de la Eucaristía, dentro de poco. De momento, Cristo, que es la esencia de la Eucaristía, está a nuestro alcance en la fe: el que cree, el que vive apoyado en Cristo, tiene vida eterna.

Pan de Vida (Jesús Adrián Romero)

Lecturas de hoy: https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2020/04/30/30-04-2020-jueves-de-la-3a-semana-de-pascua/

miércoles, 29 de abril de 2020

"Dios es luz sin tiniebla alguna" (1 Jn 1,5; Mt 11, 25-30)


En esta fiesta de Santa Catalina de Siena, doctora de la Iglesia, escuchamos a Jesús, lleno de gozo, alabar al Padre, porque ha revelado su luz a la gente sencilla.

Nos hacemos sencillos cuando nuestro corazón se va unificando, cuando vamos integrando los hilos de nuestra realidad (nuestros afectos, nuestros anhelos, también las dificultades que encontramos), como fibras que se trenzan formando una cuerda. Nuestras contradicciones e incoherencias, nuestras dispersiones, "deshilachan" esa trama de nuestra vida.

Ese "unificar" la vida, es propósito de la vida monástica. Y es objetivo de toda vocación cristiana, por diferentes caminos . Catalina de Siena, a través de la oración y la vida comunitaria, encontró esa armonía. Así se abrió a la sabiduría de Dios, que es Jesucristo.

Celebrando a Santa Catalina de Siena, copatrona de Europa, pedimos a Dios que nos ayude a orientar nuestra vida (con sus luces y sombras) en esa luz de misericordia y vida que Él nos ofrece en Jesús.

Enciende una luz (Marcos Witt)

Lecturas de hoy: https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/

lunes, 27 de abril de 2020

"La obra de Dios es que creáis" (Jn 6, 22-29)


Los que comieron los panes de la multiplicación, buscan a Jesús, fascinados por el prodigio, o interesados por su "eficacia". Jesús toma distancia de este seguimiento. No se deja adular por sus intentos de hacerlo rey.
Les llama a ver el signo que Él ha hecho, y "leer" lo que significa. Les llama a una labor que no es un mero "quehacer", ni un "cumplir", sino  actitud fundamental, que da sentido a todo lo que podemos hacer como discípulos de Jesús: Creer

Creer y amar son los dos verbos fundamentales del Evangelio. Son dos caminos que nos llevan más allá de nosotros mismos. El amor empieza, tal vez, por algo que nos gusta (o nos interesa) en la otra persona. Cuando madura, el amor nos hace capaces de ir más allá de nuestros gustos y de nuestros intereses, para atender a la otra persona por sí misma.

De manera parecida, la fe comienza por un signo, algo que vemos u oímos. Cuando crece y madura, es encuentro con Cristo que nos hace capaces de ir más allá de lo que vemos y palpamos, de lo que controlamos, afianza nuestra vida en una confianza que sabe que no será defraudada, porque podemos llegar a decir, como Pablo, "sé de quién me he fiado" (2 Tm 1,12).

Creer y amar, es lo que Jesús nos pide. Él nos ofrece vida eterna, una vida que va más allá de nuestras fuerzas y capacidades; en cierto sentido, más allá de nosotros mismos. Y nos pide esta disposición a ir "más allá de nosotros", en la fe y el amor. Es la forma de abrir nuestra puerta al regalo que Él nos ofrece.

Un poco de fe

Lecturas de hoy: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy



domingo, 26 de abril de 2020

"Y entró para quedarse con ellos"


El relato de Emaús nos invita a leer nuestra vida. La historia de esa pareja que descubre que Jesús ha estado caminando con ellos, les ha hecho comprender todo, ha encendido su corazón... es también la historia de la Iglesia. Y es también, tal vez, tu historia.

Jesús resucitado nos acompaña, y muchas veces sólo después nos damos cuenta de cómo estuvo a nuestro lado y nos sostuvo cuando el camino se hacía cuesta arriba y nos sentíamos inseguros. Él nos escucha, se interesa por nuestras preocupaciones, por nuestros desencantos y dudas, por nuestras frustraciones y preguntas. Él nos habla, en la Escritura, para iluminar lo que vivimos, ayudarnos a verlo desde su luz. Él enciende en nuestro corazón la esperanza y la fe.

Aún tendremos que esperar para partir juntos el pan de la Eucaristía. De momento, la oración y la meditación del Evangelio nos ayudan a estar en comunión con Él,. Nos invitan a hacer espacio, en nuestro corazón, para Aquel que ha entrado en nuestras vidas para quedarse con nosotros, con una presencia que nunca podemos aferrar ni retener a nuestro gusto, una presencia que siempre nos impulsa a ponernos en camino y volver a construir comunidad.

Quédate con nosotros (Romina González)


sábado, 25 de abril de 2020

"Proclamad el Evangelio" (Mc 16, 15-20)


El Resucitado nos envía a proclamar el Evangelio, a continuar su obra. Algunos detalles llaman nuestra atención, para que los meditemos:

- "A toda la creación". El anuncio del Evangelio es universal y tiene también una vertiente ecológica.

- Las señales de los que creen, que siguen vigentes, porque el Señor acompaña:

* "expulsar demonios", es decir, liberar del mal a las personas.

* "hablar lenguas nuevas". La Iglesia está llamada a aprender todas las lenguas, y aún más, hablar lenguas nuevas, capaces de unir a la humanidad, capaces de descubrir una nueva visión sobre la realidad, un nuevo mundo.

* resistir a los venenos, a aquellas cosas que amenazan con envenenar nuestras relaciones, nuestros pensamientos, nuestra dinámica de vida.

Id y anunciad 

Lecturas de hoy: https://www.misadecadadia.es/read.html

viernes, 24 de abril de 2020

Cinco panes y dos peces (Jn 6,1-15)


Junto a la luz del signo que hace Jesús, el relato del Evangelio también tiene sombras, en las que podemos intuir la tentación de convertir las piedras en panes: la gente pretende hacer rey a Jesús, por el milagro que ha hecho. Ante esa actitud, Él se retira. 

Juan no usa la palabra milagro. Prefiere hablar de un signo. Un signo que tiene trasfondo eucarístico y que nos acerca a la Pascua.   

Un signo que Jesús realiza gracias a la generosidad de un muchacho que pone lo que tiene (lo poco que tiene, todo lo que tiene) a disposición de Jesús. Y con la mediación de Andrés, que en otros lugares también lleva a otras personas a Jesús: a su hermano Pedro (Jn 1,41), a algunos griegos (Jn 12, 20)....

En este tiempo, en que muchos viven privados de la celebración litúrgica de la Eucaristía, están a nuestro alcance estas actitudes, que también son eucarísticas: poner a disposición de Jesús lo que somos y tenemos; intentar (con nuestras palabras, gestos, actitudes) ayudar a otros a acercarse a la bondad de Jesús. Esos pequeños gestos, en manos de Jesús, se convierten en cosecha sobreabundante. 


"... determiné a hacer eso poquito que era en mí, (...) confiada en la gran bondad de Dios que nunca falta de ayudar a quien por él se determina a dejarlo todo;"
       Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 1, 2

Pongo mi vida en tus manos (Luis Guitarra)

Lecturas de hoy: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy


jueves, 23 de abril de 2020

"Yo te daré libro vivo"



Cuando se quitaron muchos libros de romance, que no se leyesen  yo sentí mucho, porque algunos me daba recreación leerlos, y yo no podía ya, por dejarlos en latín , me dijo el Señor: No tengas pena, que yo te daré libro vivo

(...) Su Majestad ha sido el libro verdadero adonde he visto las verdades. ¡Bendito sea tal libro, que deja imprimido lo que se ha de leer y hacer de manera que no se puede olvidar! ¿Quién ve al Señor cubierto de llagas y afligido con persecuciones que no las abrace y las ame y las desee? ¿Quién ve algo de la gloria que da a los que le sirven que no conozca es todo nonada cuanto se puede hacer y padecer, pues tal premio esperamos?

            Teresa de Jesús Vida, 26,6

San Jorge, mártir de Cristo (S. IV)



La festividad de hoy duplica la alegría de la gloria pascual, y es como una piedra preciosa que da un nuevo esplendor al oro en que se incrusta.

Jorge fue trasladado de una milicia a otras, pues dejó su cargo en el ejército, cambiándolo por la profesión de la milicia cristiana y, con la valentía propia de un soldado, repartió primero sus bienes entre los pobres, despreciando el fardo de los bienes del mundo, y así, libre y dispuesto, se puso la coraza de la fe (...).

Hermanos cristianos: no debemos limitarnos a admirar a este combatiente de la milicia celeste, sino que debemos imitarle. 
Que nuestro espíritu se eleve hacia el premio de la gloria celestial, de modo que, centrado nuestro corazón en su contemplación, no nos dejemos doblegar, tanto si el mundo seductor se burla de nosotros como si con sus amenazas quiere atemorizarnos (...)

El que dentro de este templo que es la Iglesia quiere ofrecerse a Dios en sacrificio necesita, una vez que haya sido purificado por el bautismo, revestirse luego de las diversas virtudes O...) quien renace en Cristo como hombre nuevo por el bautismo no debe volver a ponerse la mortaja del hombre viejo, sin la vestidura del hombre nuevo, viviendo con una conducta renovada. 
     
            San Pedro Damiani (s. XI)




miércoles, 22 de abril de 2020

"Para que el mundo se salve por Él" (Jn 3, 16-21)


El Evangelio de Juan, después de señalar que Jesús es quien ha bajado del cielo, quien revela a Dios (Jn 3,13) nos revela, ahora, para qué ha venido al mundo:

"Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único... para que el mundo se salve por Él". 

Somos llamados a responder a esta entrega, por la fe. Y la fe significa acercarnos a la luz, poner nuestra vida a la luz de Dios. 

Es una luz que discierne lo que hay en nosotros, de bueno y también lo que hay herido o corrompido. Eso puede ser incómodo, y puede surgir la tentación de esconderse. Pero la luz de Dios es salvadora, es misericordiosa, y lo que espera de nosotros es que nos dejemos alcanzar por ella, como el enfermo se pone en manos del médico para ser curado, con confianza. Así nos lo enseñan místicos como Santa Teresa de Lisieux


La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al amor”. 
        (Teresa de Lisieux,  a su hermana María, 17-9-1896)


Christe lux mundi (Taizé)

Lecturas de hoy: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy

martes, 21 de abril de 2020

"Nacer de nuevo" (Jn 3,5.7-15)


Jesús invita a Nicodemo a "nacer de nuevo", "nacer del Espíritu". Habla de un cambio radical de mentalidad, que se pone de manifiesto en la dificultad de Nicodemo para comprender a Jesús, a pesar de ser un "maestro de Israel".

Y uno de los aspectos de ese cambio de mentalidad aparece en la manera de entender lo que es "subir" y lo que es "bajar". De una forma velada, Jesús anuncia su cruz y su muerte, que, paradójicamente, será señal de vida (como en tiempos de Moisés, una serpiente puesta en un estandarte se convirtió en instrumento de curación para los mordidos por serpientes (Num 2, 8-9). Lo que nos parece "bajar" a la muerte y el fracaso, Jesús lo convierte en "ser elevado", porque el amor con que se entrega es causa de vida para todos. Ese amor es la majestad que canta hoy el salmo 92, y en el que se nos invita a creer, para tener vida eterna. El mismo amor que movía a los primeros cristianos a ponerlo todo en común y vivir unidos (Hch 4, 32-37).


lunes, 20 de abril de 2020

Programa "Comparte tu ventana"



     La Comisión Diocesana de Ecología Integral (CDEI) del Arzobispado de Madrid, ofrece una serie de charlas y debates por Zoom, en directo y abiertos a la participación de los asistentes, como espacio virtual de encuentro para compartir la fe y la esperanza, desde temáticas y experiencias que han ido surgiendo a raíz de este tiempo y de la encíclica Laudato Si del Papa Francisco.
     Las charlas y debates tendrán lugar miércoles y viernes a las 19:00 h y finalizarán antes de las 20:00 h, para poder sumarnos a los aplausos de los vecinos en nuestras ventanas y balcones.
     Estas charlas son gratuitas y podrá accederse enviando un email de suscripción al correo: cdei@archimadrid.es indicando a que charlas quieren conectarse e incluyendo: email y número de teléfono móvil. En respuesta recibirán un email o Whatsapp con las claves y el enlace a la plataforma Zoom, el día anterior a la charla.

Programa “Comparte tu ventana”

22 abril: Reencuentro con la Tierra (SERCADE/ Pª San Germán)    
24 abril: Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú (Manos Unidas) 
29 abril: Razones teológicas para el cuidado de la Casa Común (CDEI)
6 mayo: Presentando la encíclica Laudato Si (Mov. Neocatecumenal) 
8 mayo: ¿Hemos perdido la primavera? (MSC – Fundación Laudato Si)
13 mayo: Debate Interreligioso: Custodios de nuestro tiempo (CDEI-Foro Abraham)
15 mayo: La Ecología Integral en la Diócesis de Madrid (CDEI)*
20 mayo: Un movimiento católico para el Clima (MCMC)*
24 mayo: Debate aportaciones “Laudato Si” en el mundo (CDEI)*

    Las iniciativas marcadas con * forman parte de las actividades de la Semana Laudato Si`, organizada por el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, que se celebrará en todo el mundo del 16 al 24 de mayo. (Más información en https://laudatosiweek.org/es/home-es/)


     Para cualquier duda o aclaración pueden contactar con la Comisión Diocesana de Ecología Integral, del Arzobispado de Madrid
Telf. +34 619285243 / Email: cdei@archimadrid.es / www.cdeimadrid.archimadrid.es

"Nacer de agua y de Espíritu"


En la Resurrección de Jesús ("el primer día de la semana...") comienza una Nueva Creación, una renovación que ha de llegar "a toda la Creación" (Mc 16,15, el envío de Jesús a los discípulos). Esta renovación pasa por aquellos que acogen a Jesús, llamados a "nacer de agua y de Espíritu" (Jn 3, 3). 

Nicodemo reconoce a Jesús como maestro venido de Dios, pero lo hace desde sus razonamientos de fariseo, y va a verlo de noche. Jesús lo invita a no quedarse a medias, a entrar en el Reino de Dios, a empezar de nuevo, con Él, para encontrar la libertad del Espíritu (que en hebreo, se dice igual que viento). Ése es el significado del Bautismo. Una actitud que renovamos cada Pascua, que estamos
llamados a revivir cada día.

Dejarme hacer (Ixcís)

Lecturas de hoy: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy

domingo, 19 de abril de 2020

"Para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre"


Jesús Resucitado se hace presente en medio de los discípulos reunidos (confinados, podríamos decir). Les entrega el Espíritu Santo, el mismo que ha estado presente y actuando en todas sus obras y palabras (Lc 4, 18); y los hace partícipes de su misión. Y lo que hizo con aquellos discípulos, también  lo hace con nosotros, sus discípulos hoy.

El Evangelio de hoy ofrece a nuestra contemplación y oración múltiples detalles. Subrayo sólo algunos:

- El perdón de los pecados, obra de la misericordia divina. Esa capacidad de reconciliar y restaurar el corazón de la persona, es propia de Dios (Lc 5, 21), y Jesús nos la confía, como parte de su misión.

- La paz con la que Jesús se presenta, que es fuente de alegría en en los corazones de los discípulos.

- Las marcas de la pasión. Dan testimonio de que el Resucitado es el mismo que murió en la cruz. Por otra parte, en sus manos gloriosas sigue teniendo presente los sufrimientos de la humanidad.

- La fe, que va más allá de lo que se ve y se palpa. También en Tomás: él ve las señales de la cruz, y confiesa a Dios. Esa fe es bienaventuranza. Es encuentro con Jesús, y nos hace tener vida.  Sobre ella se vuelve la lectura de 1 Pe 1, 3-9.

- La comunidad. Tomás, a pesar de sus dificultades, se reencuentra con Jesús resucitado, porque permanece en la comunidad. La lectura de Hch 2,42-47 nos presenta el espíritu con el que vivía esa comunidad (otros textos de los Hechos nos presentarán la realidad histórica en que se "encarnaba" ese ideal, con sus dificultades y los pasos que daban).

El Espíritu del Señor (Kairoi)

Lecturas de hoy: http://www.usccb.org/bible/lecturas/041920.cfm

sábado, 18 de abril de 2020

"Id al mundo entero y proclamad el Evangelio"


Jesús reprocha a los discípulos su dureza de corazón, que los hace incapaces de creer. Marcos, En otro lugar (Mc 6, 52) nos ha dicho también que los discípulos no comprendían a Jesús por la dureza de su corazón. Ante las dificultades de la vida, tendemos a reaccionar "acorazando" el corazón, volviéndonos insensibles.

San Juan de la Cruz, sin embargo, nos dice que "El alma enamorada es alma blanda, mansa, humilde y paciente" (Dichos de Luz y Amor, 29). Es el Amor el que verdaderamente nos hace fuertes. La compasión y la empatía con los que necesitan ayuda o escucha, nos capacita para percibir al Resucitado. 

Pascua es tiempo para crecer "a la medida de Cristo en su plenitud" (Ef 4, 13), tiempo para pedirle que nos ayude a comprender su corazón. Porque Él nos envía  a toda la creación su Buena Noticia, la misericordia entrañable de Dios que vence a toda muerte y todo pecado.  

Envíame (Ixcís)

Lecturas de hoy: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy

viernes, 17 de abril de 2020

"Se tiró al agua" (Jn 21, 1-14)


En la Semana de Pascua, el Evangelio nos ofrece las apariciones de Jesús a los discípulos. Son relatos cargados de simbolismo, que hablan de algo que desborda las palabras e incluso el pensamiento. Transmiten una experiencia que las primeras comunidades vivieron de forma muy intensa, y que la Iglesia, de otra manera, sigue viviendo. 

Hoy, tras la pesca milagrosa, vemos a Pedro, al reconocer a Jesús, lanzarse al agua. En otro tiempo (Mt 14, 28-31), Pedro intentó andar sobre el agua con Jesús y se hundió. Ahora no busca hechos extraordinarios, simplemente se lanza al agua, al encuentro con Cristo. Y, a una palabra del Maestro, se apresura a traer a la orilla la red repleta de pescado. 

También hoy la Iglesia navega entre noches en que no se encuentra nada, y amaneceres en que Jesús manifiesta su presencia con la abundancia de frutos. El Evangelio nos deja estas imágenes: volver a echar la red, lanzarse al agua, reconocer al Señor. Y una red que reúne a todos los pueblos (153 se contaban entonces) sin romperse.   


jueves, 16 de abril de 2020

"Sois testigos" (Lc 24, 35-48)


Jesús se hace presente a sus discípulos. Y abre su entendimiento para comprender las Escrituras. Desde la distancia de veinte siglos y desde nuestras Biblias bien editadas, cuesta imaginar la aventura que resumen esas palabras. A la luz de Jesús, desde su vida, muerte y resurrección, las primeras comunidades leyeron  nueva de la Escritura, y también de su mundo, como testigos profundamente marcados por su experiencia de Jesús, que iban descubriendo lo que significaba para sus vidas y para el mundo.

Y cada generación de cristianos está llamada a esa lectura actualizada de la Escritura. Somos testigos de Jesús. Es a Él (no a nosotros) a quien queremos dar a conocer. Y, a la vez, este mensaje que se nos ha confiado, nos interpela personalmente, nos compromete a vivirlo.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos pregunta por nuestras dudas, por nuestras dificultades para vivir la fe. También por nuestras dificultades para vivir con fe y esperanza este momento. No lo pregunta como un fiscal acusador, sino como Aquél que pasa sanando y haciendo el bien (Hch 10,38), y se presenta con el saludo de la Paz. Como Amigo que nos invita al diálogo confiado, para irnos, poco a poco, sanando, iluminando, reanimando.

Somos testigos (Kairoi)

Lecturas de hoy: https://oracionyliturgia.archimadrid.org/2020/04/16/16-04-2020-jueves-de-la-octava-de-pascua/

martes, 14 de abril de 2020

"Se puso a caminar con ellos" (Lc 24, 13-35)


Al contar la historia de aquella pareja de discípulos que estaban "de vuelta", y se encontraron con Jesús resucitado que les salió al paso y reanimó su seguimiento, Lucas escribe también, de alguna manera, la experiencia de la primera comunidad cristiana, y la experiencia de toda la Iglesia: Cristo acompaña pacientemente, escucha los dolores, responde, ayuda a comprender, enciende el corazón, reincorpora a la comunidad e ilumina la noche (esa noche que los discípulos atraviesan, casi sin darse cuenta, para compartir con la comunidad el encuentro con el Resucitado).

En este camino, Lucas subraya la relectura de las Escrituras, desde los hechos vividos, guiada por el Maestro. Y la Eucaristía: "lo reconocieron al partir el pan". 

Cristo pasa así por nuestras vidas. Casi nunca nos damos cuenta mientras sucede, pero después nos damos cuenta de que nos ha estado acompañando, escuchando nuestras preocupaciones, ayudándonos, poco a poco, a encontrar luz, encendiendo nuestro corazón. 

El relato de hoy nos invita a echar un vistazo a nuestras vidas, descubrir su huella en nuestra historia. Darle gracias porque, aunque nuestros ojos, muchas veces, estén impedidos para reconocerlo, sabemos que ha entrado para quedarse con nosotros. 

Íbamos dos, camino de Emaús (Gonzalo Mazarrassa)

"He visto al Señor" (Jn 20,11-18)


El Evangelio nos ofrece el encuentro de Jesús resucitado con María Magdalena "apóstol de los apóstoles", como la ha llamado el Papa Francisco. El relato nos invita a una lectura espiritual, que arranca del Cantar de los Cantares y la esposa que busca al Amado, un tema muy querido de autores místicos como Santa Teresa de Jesús (con sus Meditaciones sobre los Cantares) y San Juan de la Cruz (Cántico Espiritual). 

Tal vez conviene alguna palabra sobre la figura de María Magdalena, cuyos rasgos se fueron desdibujando y se han prestado a mitos. Se la ha confundido con la pecadora de otros textos evangélicos, y algunos la han imaginado como "pareja" de Jesús. Hay que aclarar que, si Jesús se hubiera casado, los evangelios lo habrían contado con naturalidad, porque era lo normal. Lo que extrañó en su tiempo fue, precisamente, que Jesús no se casó. Los textos en que Jesús habla de los "eunucos por el Reino de los Cielos" (Mt 19,12), permiten sospechar que esa extrañeza llegó hasta el punto de que algunos enemigos de Jesús lo insultaron insinuando que fuera "eunuco". Las historias sobre un pretendido matrimonio de Jesús (y sobre variedad de cosas raras) aparecieron en relatos tardíos (algunos de los "evangelios apócrifos"), que mezclaron la memoria de Jesús con teorías gnósticas, y que fueron rechazados por las comunidades cristianas como falsos. Detrás de estas historias, por lo demás, está la idea de que no puede haber relación profunda entre un hombre y una mujer sin implicación sexual. Y la historia de la espiritualidad cristiana ha mostrado, muchas veces, la falsedad de este viejo prejuicio machista.

Lo que sabemos de María de Magdala es que destaca entre las discípulas de Jesús. Y los cuatro Evangelios recogen su presencia al pie de la cruz y que fue el primer testigo de la Resurrección. Hay razones para pensar que fuera uno de los discípulos más cercanos y que mejor comprendieron al Maestro. Se apunta que pudo ser una figura muy relevante en la primera comunidad cristiana, aunque los Hechos de los Apóstoles no dan noticias sobre ella, al igual que sobre la mayor parte de los apóstoles. Lucas (Lc 8,2) nos dice que Jesús expulsó de ella "siete demonios", lo que (en el lenguaje de aquel tiempo, que identificaba con los demonios múltiples males físicos y psíquicos) invita a pensar que vivió una profunda experiencia de sanación interior. Tal vez pocos podrían decir con tanta verdad y hondura como ella: "He visto al Señor".

Se nos invita a leer con el corazón el Evangelio de hoy: un relato de búsqueda y encuentro (o mejor dicho, de "ser encontrado"). Un texto que alude a la conversión (dos veces se nos dice que María "se volvió": no tendrá sentido si hablara de la postura física. Es otro "volverse". Una narración de reconocimiento (María reconoce a Jesús cuando Él pronuncia su nombre); de apego y de superación de la tentación de atrapar ("No me retengas"); de presencia y escondimiento de Jesús ("Subo al Padre mío y Padre vuestro").


Lecturas de hoy: https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/


lunes, 13 de abril de 2020

"No tengáis miedo" (Mt 28, 8-15)


El anuncio de la Pascua espera nuestra acogida y nuestra respuesta libre, no se impone. Es llamativo que los primeros espectadores de la Resurrección, los guardias que custodiaban el sepulcro, no fueran testigos, sino que renegaran de lo que han presenciado, secundando a las autoridades judías, que se cerraron a la verdad hasta el final. El Resucitado tiene poder para renvoar las vidas de sus discípulos, pero no fuerza su libertad.

A diferencia de ellos, las santas mujeres se ponen en camino, a toda prisa (con la misma prisa con que María, años atrás, fue a visitar a Isabel) para anunciar la Buena Nueva. Las acompaña la alegría de Jesús, especialmente subrayada en este texto. Y el "temor de Dios": un sobrecogimiento, que no es miedo que paraliza, sino una fuerte impresión interior, llena de asombro, que infunde ánimo y libera de temores. El mismo ánimo que muestra Pedro al iniciar la predicación en la mañana de Pentecostés.

Aleluya de mi Dios (Brotes de Olivo)

Lecturas de hoy: https://www.ewtn.com/espanol/lecturas-del-d%EDa.asp

domingo, 12 de abril de 2020

"El primer día.." (Jn 20,1-9)


El lenguaje de los relatos de la Resurrección es especialmente simbólico, porque habla de algo que no cabe en palabras, que desborda las categorías de nuestro pensamiento y de nuestros sentimientos.

El relato arranca en ese "primer día", que habla de una Nueva Creación que ha comenzado con la Resurrección de Cristo. Empieza en la oscuridad, esperando la Luz.

Antes de las apariciones, el primer signo de la Resurrección es el sepulcro vacío. Un signo desconcertante, que habla de ausencia ("no sabemos dónde lo han puesto") y de presencia (está vivo, y presente en todas partes).

La Carta a los Corintios (1 Cor 5, 6b-9), por su parte, nos habla de conversión, con una imagen eucarística: hacernos panes ácimos, como los que consagramos en la Eucaristía. La Iglesia es también Cuerpo de Cristo, presencia suya en el mundo. Y, para eso, estamos llamados a quitar las levaduras viejas  de corrupciones y malicias. Esta lectura nos ofrece una clave para entender el Evangelio

Y el Evangelio nos habla de desconcierto inicial ante el sepulcro vacío, y de discípulos que se ponen en camino. Comprender la Resurrección no fue fácil para ellos. Tuvieron que salir de sus esquemas, reorientar su sensibilidad, abrirse a algo totalmente distinto. Algo que cambió profundamente sus vidas, y los convirtió en apóstoles, dándoles la audacia y sabiduría de que carecían. 

Hemos llegado a la Pascua. Éste es, verdaderamente, el comienzo

Pascua 2020 (Gen Verde)

Lecturas de hoy: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-domingo

sábado, 11 de abril de 2020



"Miradle resucitado; que sólo imaginar cómo salió del sepulcro os alegrará. Mas ¡con qué claridad, y con qué hermosura! ¡Con qué majestad, qué victorioso, qué alegre! Como quien tan bien salió de la batalla adonde ha ganado un tan gran reino, que todo le quiere para vos, y a Sí con él".

Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 26, 4

Aleluya de la tierra (Brotes de Olivo)

viernes, 10 de abril de 2020



Hoy la iglesia se ha quedado vacía, desconcertada. Sin sagrario, un altar desnudo y sin sacramentos, una nave sin celebraciones, un púlpito sin palabras. En esta mañana en que Cristo yace en un sepulcro sellado por el silencio, en este extraño día en que los hombres hacen callar la voz de Dios, la iglesia queda muda, y, sin embargo, no cierra. Abre aún sus puertas, en la desnuda sinceridad del pobre que ofrece su hospitalidad. 

Hoy la Iglesia, vacía y callada, se abre a la búsqueda insatisfecha de los hombres, a sus angustias e incertidumbres. Hoy se levanta la Iglesia más pobre de certezas. Y se abre, como una caja de resonancia, al viento que, desde el Gólgota al Sepulcro, entre los desgarros de nuestra humanidad rota, enferma, pobre, clama al cielo y entre las soledades y los silencios, lleva aún una obstinada esperanza: “el amor no puede morir”.

"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23,46)


A la hora de nona será el momento en el que Jesús va a pro­nunciar la famosa frase del salmo 22: "Dios mío, Dios mío para qué me has abandonado". Jesús la pronuncia en arameo. Estas palabras han dado pie a numerosas interpretaciones. Muchos han supuesto simplemente que Jesús murió recitando el salmo 22. Otros han visto en estas palabras un grito de desesperación. Pero esto no hace justicia al texto, pues esas palabras son el ini­cio del un salmo en el que al final quien las pronuncia en momentos de abandono se abre a una gran confianza en Dios. Sin duda alguna, Marcos quiere decir que Jesús ha muerto con el espíritu del salmo 22 (…)

Con esas palabras algunos piensan que Jesús llamaba a Elías. En efecto, en el versículo 11 se lee Elí atha: mi Dios, tú. Esta expresión pronunciada por un moribundo crucificado pudo sonar en los oídos de algunos Elyah tha, en arameo, que ciertamente significa Elías ven. Jesús recitaría el salmo en hebreo y Marcos nos da la fórmula aramea; pero se refiere sólo al comienzo del salmo porque era como el título del mismo. 

Pudo recitar todo el salmo, pero lo que llamó la atención a los oyentes fue este versículo, o mejor las palabras de este versículo a las que nos hemos referi­do. Estas palabras de suma confianza vienen a continuación de aquellas otras: "Desde el vientre de mi madre". El versículo 11 dice así: "A ti me confiaron al salir del seno, desde el vientre materno tú eres mi Dios". Todo el versículo está lleno de ternu­ra. Se alude dos veces al seno y se hace relación a la madre. Des­de este punto de vista podemos decir que Jesús murió con el Abbá en los labios. El salmista recuerda que desde la infancia y aun antes Yahvé ha sido su Dios.

Las primeras palabras hacen alusión al abandono. Quizás Marcos nos quiera decir que a ese abandono tan tremendo Jesús respondió con un supremo grito de confianza pronunciando el Abbá.

            (Secundino Castro, El sorprendente Jesús de Marcos)

Jesus, remember me (Taizé)

jueves, 9 de abril de 2020



Nos amó así,
hasta lavar los pies de sus amigos,
y más allá.

Hasta hacerse pan para los pobres
y más allá.

Hasta llamar amigo a los traidores,
perdonar y excusar a sus verdugos,
y más allá.

Hasta cargar con las cruces de los hombres,
estar en agonía por los siglos,
y más allá.

Hasta derramar su sangre por nosotros,
convertir su corazón en una fuente,
y más allá.

Hasta hacer de la cruz un sacramento,
y más allá.

Hasta hacer de la muerte una victoria,
y más allá.

No hay medida.
Siempre más.

                (Rafael Prieto Ramiro)

“Los amó hasta el extremo” (Jn 1, 1-15)



Jesús sabe lo que llega, y siente también su alma turbada (Jn 13, 21). Es un momento desolador: será condenado y morirá como un maldito; los suyos lo abandonarán y se dispersarán; uno de ellos lo traicionará… el fracaso y el sinsentido lo cercan.

Y es precisamente en esas circunstancias, que Jesús realiza el gesto de amor extremo. Que es también gesto de confianza en el Padre, de quien viene y a quien vuelve.

La Cena del Señor es el pórtico de la Pascua. Esta mesa, la de la Eucaristía, recoge el sentido de la Pascua. Antes de entregar su vida en la Cruz, Jesús la entrega a sus discípulos –a nosotros- en esta mesa. En el pan y el vino pone su vida, su presencia, todo lo que hay en su corazón, su Espíritu, y la Vida Nueva que él va a inaugurar en la Pascua. Más de lo que somos capaces de comprender.

Jesús nos sienta a su mesa, nos invita a compartir también nosotros con Él: compartir con Él nuestras dificultades y debilidades, de nuestros proyectos, lo que tenemos y lo que nos falta, para dejarle entrar y sanarnos, guiarnos, llenarnos de su alegría y su paz.

“Haced esto en memoria mía”. No es sólo el rito litúrgico, sino todo lo que implica: vivir como Jesús nos enseña, como Él ha vivido. Así podremos llegar a sentir lo que Él tiene en su corazón.

Amar como Él, que es amar desde Él. Apoyarnos en su amor, que amó primero (1 Jn 4, 19). Aprender de Él a amar.





Ahora ha llegado aquel tiempo en que todo vuelve a comenzar, a saber, el anuncio de la Pascua venerable, en la que el Señor fue inmolado. Nosotros nos alimentamos, como de un manjar de vida, y deleitamos siempre nuestra alma con la sangre preciosa de Cristo, como de una fuente (...) nuestro Salvador está siempre a disposición de los sedientos y, por su benignidad, atrae a la celebración del gran día a los que tienen sus entrañas sedientas, según aquellas palabras suyas: El que tenga sed, que venga a mí y que beba.

            No sólo podemos siempre acercarnos a saciar nuestra sed, sino que además, siempre que se lo pedimos, se nos concede acceso al Salvador. El fruto espiritual de esta fiesta no queda limitado a un tiempo determinado, ni conoce el ocaso su radiante esplendor, sino que está siempre a punto para iluminar las mentes que así lo desean. (...)     
     
            Esta fiesta nos sostiene en medio de las miserias de este mundo; y ahora es cuando Dios nos comunica la alegría de la salvación, que irradia de esta fiesta, ya que en todas partes nos reúne espiritualmente a todos en una sola asamblea, haciendo que podamos orar y dar gracias todos juntos, como es de ley en esta fiesta. Éste es el prodigio de su bondad: que él reúne para celebrarla a los que están lejos y junta en una misma fe a los que se encuentran corporalmente separados

            De las cartas pascuales de San Atanasio, obispo

miércoles, 8 de abril de 2020

“Deseo celebrar la Pascua en tu casa” (Mt 26, 14-25)



La Semana Santa ofrece a nuestra reflexión y oración los Cánticos del Siervo de Yahveh. Lunes, Martes y Miércoles Santo escuchamos los tres primeros, y el Cuarto se reserva para la Celebración de la Pasión del Viernes.

Estos cantos forman parte del “Libro de la Consolación” (caps. 40-55 del libro de Isaías), que comunica esperanza a un pueblo de Israel que lo ha perdido todo (libertad, tierra y templo) y desfallece en el destierro. El profeta proclama al pueblo que Dios no los olvida, que sigue actuando, que los llevará de nuevo a su tierra (como de hecho, ocurrió). Y anuncia otra salvación, más radical y universal, que traerá el Mesías. En ese contexto aparecen estos cantos, que hablan de un misterioso Siervo de Dios que será instrumento de esa salvación por caminos inesperados, que no son los del poder y el éxito, sino la entrega y la solidaridad en el sufrimiento.

Jesús escoge estos cantos (y sobre todo el 3º y el 4º) para hablar de sí mismo: “el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (Mc 10, 45, p. ej.). Y la comunidad cristiana encontró en ellos una referencia para acercarnos al misterio de su Pasión.

El Evangelio habla de preparativos. Los sumos sacerdotes captan a Judas. Él busca ocasión para entregar a Jesús. Jesús intenta preparar a sus discípulos ante lo que se avecina: su fracaso y su muerte escandalosa, la traición de uno de ellos, la debilidad y abandono de todos, la debilidad e inmadurez de la comunidad (Lc 22,31-32. “Simón… yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, da firmeza a tus hermanos”). La oración será una clave de esta preparación (Mt 26,41: “Velad y orad”). Ahora, prepara la Cena, con unas palabras que nos alcanzan, quizás hoy más que nunca:
     “Deseo celebrar la Pascua en tu casa https://youtu.be/z0e8waFW_ko






martes, 7 de abril de 2020

“Era de noche” (Jn 13, 21-33.36-38)


El Evangelio de hoy nos habla de la noche, que cae sobre Jesús. Su alma se estremece ante todo lo que se le viene encima, y sufre en la soledad de saber que los suyos lo abandonarán, porque no están maduros para seguirle, e incluso uno de ellos lo entregará.

Cae la noche también a su alrededor. Oscuridad en la que Judas se pierde, y los demás se aturden.

Y, sin embargo, Jesús habla de la gloria de Dios, que resplandecerá en su amor fiel a la misión encomendada por el Padre. Él es la luz de las naciones que anuncia el Segundo Canto del Siervo de Yahveh, para que su salvación “alcance hasta el confín de la tierra”.

Entra en mi noche (Ixcís)


lunes, 6 de abril de 2020

“Y la casa se llenó de la fragancia del perfume” (Jn 12, 1-11)




Cada vez que leo este mensaje, me sacude el diálogo entre Jesús y Judas, que denuncia nuestras confianzas en la eficacia y el cálculo.

El gesto de María habla de la gratuidad, de la importancia de aquello que va más allá de lo eficaz y útil, para expresa el amor. Hay gestos, detalles, esfuerzos que “no sirven para nada”,  pero lo significan todo.

Estos días cambian nuestra forma de vivir el espacio y el tiempo. Confinados en nuestras casas, experimentamos la necesidad de belleza y de horizontes. Sin jornada laboral en muchos casos, y sin poder practicar muchas formas de ocio, el tiempo pasa de manera diferente. El Evangelio de hoy nos invita a una reflexión sobre lo que es importante en nuestras vidas, sobre el lugar que tiene, y el tiempo que le dedicamos…

El de hoy es un Evangelio para contemplar, con numerosos detalles: el frasco quebrado para derramar, de forma irreversible el perfume precioso. El gesto de ungir los pies de Jesús, ya en camino hacia la cruz;  gesto que anuncia el de Jesús con los pies de los discípulos. Los perfumes que llevarán las mujeres al sepulcro en la mañana de Resurrección. El perfume (2 Cor 2, 14-15) que llena con su fragancia la casa…



domingo, 5 de abril de 2020

"No os pido más que le miréis" (Teresa de Jesús)



Entramos con Jesús en Jerusalén. Entramos en la Pascua, con el relato de la Pasión. Un relato que habla de nosotros: de nuestros miedos y abandonos, de nuestras debilidades y cansancios, de nuestras acusaciones y juicios, de la vida que se nos cruza y pide echar una mano. Y, sobre todo, habla de Él, que carga el peso de la cruz, de todas las cruces, para salvarnos. 

Somos invitados a hacer silencio, a contemplar a Cristo, a dejarnos interpelar por Él.

"No os pido ahora que penséis en El, ni que saquéis muchos conceptos, ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis. Pues ¿quién os quita volver los ojos del alma -aunque sea de presto, si no podéis más- a este Señor? (...) Mirad que no está aguardando otra cosa, como dice a la esposa, sino que le miremos; como le quisiereis, le hallaréis. Tiene en tanto que le volvamos a mirar, que no quedará por diligencia suya. (...) miradle camino del Huerto; ¡qué aflicción tan grande llevaba en su alma! Pues con ser el mismo sufrimiento la dice y se queja de ella. O miradle atado a la Columna, lleno de dolores, todas sus carnes hechas pedazos por lo mucho que os ama “·

                                   (Teresa de Jesús, Camino de perfección, 26)

sábado, 4 de abril de 2020

Semana Santa On-line



El Centro Internacional Teresiano Sanjuanista de los Carmelitas Descalzos - Universidad de la Mística, nos ofrece la posibilidad de profundizar en la vivencia de la Semana Santa, con sus charlas y celebraciones, a las que podemos asistir On-line, de manera gratuita, en el siguiente enlace:

https://www.mistica.es/recursos/noticias-universidad-mistica/vivir-la-semana-santa-2020-on-line

Ofrecemos el programa de esta propuesta

PROGRAMA

DOMINGO DE RAMOS 5
13.00 h. Eucaristía
18.00 h. Charla Introductoria. Jerzy Nawojowski
LUNES 6 A MIÉRCOLES 8
10.30 h. Retiro Espiritual. El SIERVO SUFRIENTE. Rómulo Cuartas
18.00 h. Retiro Espiritual. El SIERVO SUFRIENTE. Rómulo Cuartas
JUEVES SANTO 9
10.30 h. Charla introductoria en el misterio del día. Antonio Kaddissy
18.00 h. Misa en la Cena del Señor
VIERNES SANTO 10
10.30 h. Charla introductoria en el misterio del día. Rómulo Cuartas
12.30 h. Vía Crucis: recorrido orante con Jesús hacia El Calvario
18.00 h. Celebración solemne de la Pasión del Señor
SÁBADO SANTO 11
10.30 h. Charla introductoria en el misterio del día. Danilo Ayala
18.00 h. “Relatos de la Resurrección en clave de mujer”. Myrna Torbay
       22.30 h. Solemne Vigilia Pascual


“Para reunir a los hijos de Dios dispersos” (Jn 11, 45-57)




El Evangelio de hoy narra la condena a muerte de Jesús, decidida por el Sanedrín ya antes de prenderlo. El relato tiene varios niveles de lectura, que se corresponden con la complejidad de la realidad. Por una parte, el relato de los hechos: la maquinación del Sanedrín, la decisión de buscar y matar a Jesús, y el retiro de Jesús al desierto. Jesús es consciente de toda la situación. Espera  el momento (su hora) para presentarse y afrontar la muerte, y ese momento será la fiesta judía de la Pascua, para que sea la Pascua definitiva, para todos los pueblos.

Por otro lado, nos presenta el cálculo del Sanedrín y su utilitarismo falto de ética: para evitar un posible conflicto con el poder, deciden matar al Salvador.

Y, sobre todo, nos habla de cómo Dios escribe su historia de salvación sobre estos renglones torcidos. Él no quiere la injusticia (bien claro está escrito: “no condenarás a muerte al inocente”, Ex 23,6). Pero cuando acontece la injusticia, Dios no abandona ni es derrotado. Es capaz de darle la vuelta, y en la situación que ha creado esa injusticia, Él abrirá un camino de salvación. El evangelio y la lectura de hoy, además, subrayan el aspecto de reconciliación: la muerte de Jesús, su entrega por nosotros, abre un camino reunir a los pueblos en la fraternidad de los hijos de Dios.

Se nos ofrece así, hoy, el sentido de los hechos que vamos a celebrar en la Semana Santa que comienza mañana.

Este Evangelio que nos muestra cómo Dios “escribe derecho sobre renglones torcidos” nos ofrece también una reflexión en medio de los acontecimientos que vivimos. Esta pandemia es contraria a la voluntad de Dios. Dios no quiere la muerte y el sufrimiento de tantos inocentes, ni “ha enviado” esta enfermedad. Ésta es una de muchas epidemias que la humanidad ha sufrido y aun hoy sigue sufriendo, sólo que en países que olvidamos (cada año, la malaria afecta a 200 millones de personas, y mata a más de 400.000). Esta enfermedad acontece, porque nuestra realidad es limitada, inestable. Y aumenta su gravedad porque no hemos aplicado adecuadamente los medios que teníamos para evitarla.

Dios no está detrás de lo que está ocurriendo. Él está en medio de nosotros. Sigue a nuestro lado, y sobre todo, al lado de los que sufren y de los que se esfuerzan por aliviar el sufrimiento. Por eso, porque nos acompaña, podemos esperar que en esta crisis abrirá caminos de vida, de esperanza, de renovación. Somos invitados a encontrar y seguir esos caminos.

Y María nos muestra la mejor disposición para encontrar ese cauce de vida. Las santas mujeres que permanecen, con ella, junto a la cruz de Jesús, serán los primeros testigos de la Resurrección. La compasión y la solidaridad con los que sufren nos abre a la acción de Dios que salva y renueva.


Lecturas de hoy: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy

Horarios de celebración del Domingo de Ramos


La comunidad de carmelitas descalzos de Zaragoza, que atiende la parroquia de San Juan de la Cruz, celebraremos este Domingo de Ramos la Eucaristía, como estamos haciendo todos los días, a las 9:00 h. Aunque sea una celebración a puerta cerrada, en ella tenemos presente a todos nuestros parroquianos, sus intenciones y preocupaciones, y especialmente a los que están sufriendo más esta crisis, y a cuantos están trabajando para resolverla.

Para seguir la Eucaristía por TV y por Internet, os proponemos estas posibilidades:


- 9:00 h.            Misa desde los Carmelitas Descalzos de Madrid

- 11:00 h.          Misa desde Roma
(13 TV y TVE2)

- 12:00 h:         Misa desde la Basílica del Pilar

 Terminábamos el tiempo de Navidad con la manifestación de Jesús como Hijo de Dios en su Epifanía y en el Bautismo. Hoy contemplamos “ el pr...