"De lo que rebosa el corazón habla la boca" (Lc 6, 39-45)
Con varias imágenes y refranes de su tiempo, hoy nos invita Jesús a ser conscientes de lo que hay en nuestro interior, no engañarnos a nosotros mismos. Podemos pasarnos la vida, y perderla, echando a los demás la culpa de lo que nos ocurre: la tentación del victimismo es seductora, porque parece quitarnos la responsabilidad de lo que nos pasa, pero nos impide encontrar nuestros recursos para cambiar nuestra situación. Podemos proyectar nuestro malestar en críticas contra los demás, sin darnos cuenta de que ese malestar interior que no podemos reconocer, es el que nos hace ver mal todo. Nuestra mente tiene varios recursos para no afrontar la realidad incómoda, pero esa actitud nos ciega, y no conduce a nada bueno. Jesús nos invita a una actitud lúcida: descubrir qué hay en nuestro corazón. Para ello, puede servir de ayuda ver los frutos que está dando, lo que sale de él. Muchos maestros espirituales hablan de esta necesidad de ser conscientes de lo que hay dentro de nosotros, para pod