domingo, 5 de abril de 2020

"No os pido más que le miréis" (Teresa de Jesús)



Entramos con Jesús en Jerusalén. Entramos en la Pascua, con el relato de la Pasión. Un relato que habla de nosotros: de nuestros miedos y abandonos, de nuestras debilidades y cansancios, de nuestras acusaciones y juicios, de la vida que se nos cruza y pide echar una mano. Y, sobre todo, habla de Él, que carga el peso de la cruz, de todas las cruces, para salvarnos. 

Somos invitados a hacer silencio, a contemplar a Cristo, a dejarnos interpelar por Él.

"No os pido ahora que penséis en El, ni que saquéis muchos conceptos, ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis. Pues ¿quién os quita volver los ojos del alma -aunque sea de presto, si no podéis más- a este Señor? (...) Mirad que no está aguardando otra cosa, como dice a la esposa, sino que le miremos; como le quisiereis, le hallaréis. Tiene en tanto que le volvamos a mirar, que no quedará por diligencia suya. (...) miradle camino del Huerto; ¡qué aflicción tan grande llevaba en su alma! Pues con ser el mismo sufrimiento la dice y se queja de ella. O miradle atado a la Columna, lleno de dolores, todas sus carnes hechas pedazos por lo mucho que os ama “·

                                   (Teresa de Jesús, Camino de perfección, 26)

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