viernes, 17 de abril de 2020

"Se tiró al agua" (Jn 21, 1-14)


En la Semana de Pascua, el Evangelio nos ofrece las apariciones de Jesús a los discípulos. Son relatos cargados de simbolismo, que hablan de algo que desborda las palabras e incluso el pensamiento. Transmiten una experiencia que las primeras comunidades vivieron de forma muy intensa, y que la Iglesia, de otra manera, sigue viviendo. 

Hoy, tras la pesca milagrosa, vemos a Pedro, al reconocer a Jesús, lanzarse al agua. En otro tiempo (Mt 14, 28-31), Pedro intentó andar sobre el agua con Jesús y se hundió. Ahora no busca hechos extraordinarios, simplemente se lanza al agua, al encuentro con Cristo. Y, a una palabra del Maestro, se apresura a traer a la orilla la red repleta de pescado. 

También hoy la Iglesia navega entre noches en que no se encuentra nada, y amaneceres en que Jesús manifiesta su presencia con la abundancia de frutos. El Evangelio nos deja estas imágenes: volver a echar la red, lanzarse al agua, reconocer al Señor. Y una red que reúne a todos los pueblos (153 se contaban entonces) sin romperse.   


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