"Amarás..." (Mc 12, 28b-34; Dt 6, 2-6)
Para los judíos, la Ley es sabiduría para vivir. Es la presencia de Dios en medio de su pueblo. También, se volvió una maraña de 613 preceptos, entre los cuales llegaba a resultar difícil orientarse. El escriba, buen conocedor de aquellos preceptos, busca en Jesús ayuda para situarse ante ellos. Jesús remite a un texto bien conocido, que habla de Dios como fundamento de todo, que llama a escuchar y amarlo "con todo tu ser" y une a él, el amor al prójimo, que es el principio de todas las demás normas. La novedad de su respuesta está en unir el amor a Dios y a los demás (y a uno mismo). Son palabras ya conocidas, pero su sentido tiene siempre mucho por descubrir. También nosotros tendemos a perdernos entre mil obligaciones y distracciones. Y vivimos en una cultura de la fragmentación, que tiende a "deconstruir", a ir descomponiendo nuestra realidad en "elementos independientes" como si fueran piezas que se pueden separar y mezclar de nuevo arbitrariament