jueves, 23 de abril de 2020

San Jorge, mártir de Cristo (S. IV)



La festividad de hoy duplica la alegría de la gloria pascual, y es como una piedra preciosa que da un nuevo esplendor al oro en que se incrusta.

Jorge fue trasladado de una milicia a otras, pues dejó su cargo en el ejército, cambiándolo por la profesión de la milicia cristiana y, con la valentía propia de un soldado, repartió primero sus bienes entre los pobres, despreciando el fardo de los bienes del mundo, y así, libre y dispuesto, se puso la coraza de la fe (...).

Hermanos cristianos: no debemos limitarnos a admirar a este combatiente de la milicia celeste, sino que debemos imitarle. 
Que nuestro espíritu se eleve hacia el premio de la gloria celestial, de modo que, centrado nuestro corazón en su contemplación, no nos dejemos doblegar, tanto si el mundo seductor se burla de nosotros como si con sus amenazas quiere atemorizarnos (...)

El que dentro de este templo que es la Iglesia quiere ofrecerse a Dios en sacrificio necesita, una vez que haya sido purificado por el bautismo, revestirse luego de las diversas virtudes O...) quien renace en Cristo como hombre nuevo por el bautismo no debe volver a ponerse la mortaja del hombre viejo, sin la vestidura del hombre nuevo, viviendo con una conducta renovada. 
     
            San Pedro Damiani (s. XI)




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