martes, 15 de agosto de 2023

"Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador" (Lc 1, 39-56)


Hoy, María nos invita a alegrarnos con ella. Celebramos que ella ha sido asumida (por eso hablamos de Asunción), alcanzada totalmente (en cuerpo y alma) por la Resurrección de Cristo. Participa plenamente de su vida. También del amor de Dios por toda la humanidad. Por eso, contemplarla en los cielos es, precisamente, saberla cercana a nuestras preocupaciones cotidianas, a la vida de cada uno de nosotros, transmitiéndonos ese amor materno de Dios que abre caminos en cada situación.  

María nos precede, nos muestra el futuro que Dios nos ofrece a cada uno: llegar participar también, en plenitud, de la vida de Dios. También nosotros estamos llamados a ser asumidos por la Resurrección de Cristo. Ser asumidos, porque la iniciativa es suya (por Cristo, como hoy nos dice S. Pablo, todos volverán a la vida), y eso significa también que se hará a su modo, ese modo que Jesús va enseñándonos en el Evangelio. Y entrar en esa vida nueva en cuerpo y alma, con todo lo que somos, con nuestra personalidad y nuestra historia: realidad que va siendo purificada y renovada por el amor de Dios, que nos re-crea, y también con nuestra colaboración (ese colaborar con Dios que vamos también aprendiendo, porque esta renovación es obra de libertad).

El poderoso ha hecho obras grandes por cada uno de nosotros. En el Evangelio, María celebra, canta la obra salvadora de Dios en su pueblo, en todos los que, con sencillez, se abren a su misericordia, que llega a sus fieles, de generación en generación. Hoy es un buen día para cantar con ella. Este día de fiesta, como un alto en el camino, nos recuerda hacia dónde vamos, y nos invita a celebrar esa vida que va creciendo en nosotros, ese obrar de Dios en tu vida. 

 

Lecturas de hoy (www.dominicos.org)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Tras hablarnos de cómo se arraiga el sarmiento en la vid, el Evangelio nos invita a permanecer así en el amor de Jesús. Un amor que es co...