El mensaje que nos deja, sin embargo, no es de alarma. De hecho, advierte también contra la tentación de dejarse llevar por anuncios apocalípticos. En esa misma línea, Pablo (a algunos cristianos de Tesalónica que consideraban sin sentido seguir trabajando en un mundo que creían próximo a su fin), les llama a mantener la labor cotidiana.
En medio de un mundo cambiante, a veces hostil, Jesús nos llama a poner la confianza en Él, que no dejará de asistirnos. A perseverar en nuestro camino cristiano. Una palabra que habla de constancia, de paciencia, de serenidad, de confianza. Su amor y su presencia a nuestro lado, permanece, y nos salva.
en el Señor me regocijaré.
Mirad a Dios, no tengáis miedo
Alzad vuestras voces, el Señor está cerca
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