domingo, 15 de diciembre de 2024

"Alegraos en el Señor" (Flp 4, 4-7) "¿Qué debemos hacer? (Lc 3, 10-18)

 

La exhortación de la Carta a los Filipenses da nombre a este tercer domingo de Adviento: “Alegraos” (Gaudete). Después de llamarnos a estar vigilantes y atentos (domingo I), preparar camino al Señor (domingo II), hoy la liturgia nos invita a profundizar otra dimensión esencial de la esperanza: la alegría. Que, en el Evangelio, es “síntoma” de haberse encontrado con Jesús, de sentir la Vida que Él transmite.

Alegraos, porque “el Señor está cerca”. Estamos llamados a recordar esto siempre, en medio de las prisas y de las inquietudes de la vida. Esta palabra nos llama a permanecer abiertos. Juan el Bautista, en el Evangelio aclara que él no es el Mesías (entregar la sandalia a otro, en Israel, era cederle el derecho de “rescatar”, de hacerse cargo de un familiar desamparado, cfr Rut 4,7-8). Juan invita a no rebajar, no limitar las expectativas. Pues aquél que viene “bautizará con Espíritu Santo y fuego”.

Cerca ya de la Navidad, podemos hoy buscar un momento de sosiego, de silencio. Y preguntarnos por nuestras expectativas. ¿Qué esperamos de Dios que viene a nosotros? Y por nuestra alegría. Y abrirnos desde ahí a Dios, el que puede alegrarnos y sorprendernos. “En toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

A la vez, el Evangelio propone actitudes concretas para vivir la bondad que acompaña a nuestra alegría (“que vuestra mesura la conozca todo el mundo”). Juan el Bautista, que anuncia la Buena Noticia y llama a la conversión, propone maneras de vivir la misericordia con los necesitados, y de obrar con justicia y rectitud, según el modo de vida de cada persona. Y al hacerlo, no excluye a nadie, ni siquiera a los publicanos y a los soldados romanos.

Hoy se nos invita a preguntarnos “¿qué debemos hacer?”  Para preparar esta Navidad, tal vez es el momento de visitar a alguien que espera o necesita esa visita; o de reconciliarnos con alguien, o de hacer algún otro gesto que transmita nuestra esperanza.

 porque en todo semejante
Él a ellos se haría
y se vendría con ellos,
y con ellos moraría;
y que Dios sería hombre,                            
y que el hombre Dios sería...

(San Juan de la Cruz)


Lecturas de hoy (www.dominicos.org)

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