En el domingo siguiente a la Navidad volvemos los ojos sobre la Familia en que nació. Es significativo que el Hijo de Dios, al nacer, prescinde de honores, de riquezas, de seguridades, e incluso del amparo de una casa, pero no de una familia. Y es que es verdaderamente fundamental el llegar al mundo acogidos en una familia que nos ama, y que posibilita nuestro crecimiento a todos los niveles.
Las lecturas de hoy subrayan la importancia de la familia, a la vez que indican un estilo de vida en familia, caracterizado por el cuidado mutuo, la misericordia ("la compasión hacia el padre no será olvidada" Eclo 3, 14; "El Señor os ha perdonado; haced vosotros lo mismo" Col 3,13), el respeto, la capacidad de sobrellevarnos con amor.
En nuestra mentalidad "chirría" el consejo "mujeres, someteos a vuestros maridos" (tampoco de cualquier manera, sino "como conviene en el Señor", Col 3, 18). Al leer con atención, podemos ver que Pablo, de manera retórica, distribuye entre hombres y mujeres actitudes que son recíprocas: a continuación dice: "Maridos, amad a vuestras mujeres" (Col 3, 19). De la misma forma que es de esperar que también las mujeres amen a sus maridos, también éstos han de someterse (o "ser sumisos" dice la traducción litúrgica actual) a sus mujeres. Ese sometimiento mutuo se refiere a un contar siempre el uno con el otro, y a la "autoridad" que tiene para nosotros la palabra de quien nos ama.
El Evangelio nos muestra a la familia de Nazaret en una perspectiva de Pascua: la ciudad de Jerusalén, la fiesta pascual por la que sube allí la familia, los tres días de búsqueda de Jesús (que son una alusión a los tres días del sepulcro)... Además de subrayar que Jesús es el Hijo de Dios, nos llama a todos a reflexionar sobre ese sentido pascual que tiene también la vida en familia: la capacidad del amor entregado para generar vida y para superar las situaciones de dolor y de crisis, la llamada a vivir el amor, como Jesús y con fe en Él, en las relaciones familiares.
En este día, damos gracias a Dios por nuestras familias, y le pedimos que nos dé luz para seguir construyéndolas en el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario