miércoles, 8 de diciembre de 2021

"Alégrate, llena de gracia" (Lc 1, 26-38)

 


En esta fiesta de la Inmaculada Concepción, San Pablo nos habla del plan de Dios para nosotros, que se realiza a través de Cristo: "Él nos eligió... para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor" (Ef 1, 4). Lo que celebramos en María es ese plan, que en ella se ha realizado totalmente, y que también está llamado a realizarse en nosotros. 

María es así, un signo de esperanza en el Adviento. Aunque en el mundo se acumulen las noticias de corrupción y violencia; aunque, en la cultura actual, muchas veces se presenten la mediocridad y la degradación como algo omnipresente e inevitable, el fondo más profundo del ser humano es otro, nuestro destino es participar de la santidad de Dios: de su vida, de su amor, de su luz. Precisamente Cristo viene para realizar esto en nosotros y su acción, que transcurre por caminos humildes y a veces desapercibidos, tiene poder para llevarlo a cabo finalmente.

Frente a la tentación de Adán, de esconderse por miedo, Dios nos invita a acercarnos a Él con confianza, para que Él nos ayude a vivir en plenitud. Al mirar a María, la llena de gracia, nuestra madre, ella nos recuerda que también  Dios acompaña la vida de cada uno de nosotros con su amor gratuito, con su misericordia que se inclina sobre nuestra pequeñez para ayudarnos a desplegar la hermosura y vitalidad que ha puesto en nosotros.  

María también nos muestra el camino para colaborar con la obra de Dios en nosotros: ese "Hágase en mí según tu Palabra", que significa abrir a Dios la propia realidad, dejar que su Palabra resuene en nuestro interior, ilumine nuestros sentimientos, actitudes, capacidades... para que Él pueda sanar, orientar e impulsar nuestra vida. 

"Decir tu nombre, María,
es decir que todo nombre
puede estar lleno de gracia".

        (Pedro Casaldáliga)


Lecturas (www.ciudadredonda.org)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  Tras hablarnos de cómo se arraiga el sarmiento en la vid, el Evangelio nos invita a permanecer así en el amor de Jesús. Un amor que es co...