sábado, 23 de mayo de 2020

"Yo estoy con vosotros" (Mt 28, 16-20)


La fiesta que hoy celebramos recoge algunas de las muchas dimensiones que tiene la Resurrección del Señor, con la que comenzamos este tiempo de Pascua.  Hoy contemplamos a Jesús sentado a la derecha del Padre, como Hijo de Dios: sus palabras, sus gestos, sus enseñanzas, son Palabra definitiva de Dios, que ilumina nuestro caminar. 

Además, saber que Jesús, hombre como nosotros, es Dios, significa que el camino de Dios no está lejos de los caminos humanos. Lo que de verdad nos hace humanos, nos lleva también a Dios. Porque el proyecto de Dios para nosotros es éste: que lleguemos a Él, que compartamos su vida. Y por otra parte, lo que Dios nos enseña nos ayuda a desarrollar nuestra vida como personas. También nosotros estamos llamados a ascender, por el mismo camino que siguió Jesús: amar, entregarse, servir...

Celebramos, además, la presencia de Cristo a nuestro lado. Estas son las últimas palabras del Evangelio. Su presencia ya no es como cuando recorría los caminos de Judea y Galilea. Tampoco está limitada a un lugar y un tiempo. Cristo está en la entraña de la historia de nuestro mundo, acompaña la vida de cada uno de nosotros y nos invita a cultivar su amistad. 

Y acogemos su envío. Somos llamados a continuar su misión, en su nombre. Anunciar el Evangelio, invitar a todos a descubrir a Jesús como maestro de vida. 


Id y anunciad (Alborada)


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