domingo, 29 de junio de 2025

“Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 13-19)

 

Celebramos hoy la fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo. El Nuevo Testamento nos ha dejado una semblanza que nos permite percibir sus diferentes personalidades. Alguna vez, incluso, entraron en conflicto, manteniendo la comunión (Gal 2, 11-14. La incertidumbre y la discusión también forma parte de ese seguir juntos a Jesús y buscar sus caminos). Con su diferente identidad y misión, son dos columnas de la Iglesia. Ambos, fundamentados en el Señor, que es el verdadero centro de las lecturas de hoy.

El Evangelio nos sitúa en una encrucijada, tras la primera predicación del Evangelio. A partir de ahí, Jesús se revelará de forma más radical, hablando de la entrega de su vida, y de la Resurrección. Y en el centro, está la confesión de fe en Él como Mesías, Hijo de Dios. Probablemente Pedro tenía dotes de liderazgo para guiar a sus hermanos, pero es esta confesión, esta fe, la roca, la clave de su misión en la Iglesia (en la Última Cena, Jesús vuelve sobre ello: “yo he orado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos” Lc 22, 32 ). En el centro está la acción de Dios.

El Salmo y las dos primeras lecturas subrayan que esa obra es liberadora. Dios libra a Pedro de la cárcel y de las maquinaciones políticas de Herodes, y, en la narración de los Hechos, esto es un signo: Él guía a la comunidad cristiana hacia unos horizontes más allá “de la expectación del pueblo de los judíos” (este capítulo está en medio de la apertura de la Iglesia a los pueblos gentiles). La Carta a Timoteo nos muestra a Pablo a punto de entregar su vida, con confianza en el Señor que “me librará de toda obra mala y me salvará.” El pasaje se nos ofrece como testamento de Pablo, para que sigamos su ejemplo: “he combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe”. Para “aguardar con amor la manifestación del Señor”.

Somos invitados a poner nuestra confianza en Dios. Y así poder descubrir hacia dónde nos guía, qué horizontes nos abre.



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