sábado, 28 de marzo de 2020

“A ti he confiado mi causa” (Jer 11, 20) (Jn 7, 40-53)



La lectura de Jeremías (Jer 11, 18-20) y el salmo 7 nos invitan a mirar a Jesús, como el hombre justo perseguido, mientras el Evangelio nos muestra el ambiente de confusión en torno a Jesús, y la trama de las autoridades religiosas de Israel, que va cerrando el cerco sobre él, con una actitud altiva, cerrada, y justificada por apenas un prejuicio (“de Galilea no salen profetas”).

Y Jesús sigue su camino. Su imagen tiene la hermosura trágica de quien, por su fidelidad, se enfrenta a la muerte. Y su confianza en el Padre va más allá de la tragedia, anuncia la Vida Nueva, que también es libertad y amor. 





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