domingo, 5 de julio de 2020

"Venid a mí..." (Mt 11, 25-30)



La oración de agradecimiento de Jesús al Padre, y la llamada que nos hace en el Evangelio de hoy, tienen como hilo conductor la sencillez. Dios ofrece su vida, su amor y su propuesta de vida, a todos. Pero la rechazan, con autosuficiencia, los que se creen sabios, los que creen que ya lo saben todo sobre Dios. La acogen los sencillos, los que están dispuestos a abrir su corazón y su mente a Jesús. Necesitamos actitud de escucha para descubrir a Dios, de la mano de Jesús. 

La Ley aparece, en la Escritura, como un yugo. La nueva ley de Jesús tiene la suavidad del amor, que hace ligeras los esfuerzos y sacrificios. Y tiene el apoyo, el modelo y la cercanía de Jesús. Cuando nos sentimos cansados o agobiados, cuando las situaciones que enfrentamos nos desesperan, podemos acudir a Él, con humildad, y pedir su ayuda para aprender a afrontar aquello que nos supera, o que se nos hace cuesta arriba. Y encontrar en Él nuestro descanso. 


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