martes, 17 de marzo de 2020

“¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?” (Mt 18,33)




Dios, que “hace salir el sol sobre malos y buenos” (Mt 5, 45) ofrece a todos su perdón. De nuestra parte, acoger su perdón, entrar en ese diálogo de gracia y amor al que nos invita, implica entrar en su dinámica, aprender la “gramática” del amor, y uno de sus verbos principales es perdonar. 

El perdón es gesto de amor con el otro, reconstruye la convivencia, y nos libera a nosotros mismos del rencor que roe nuestras entrañas. 

Cuando nos sentimos heridos, es también un camino que hemos de aprender, una gracia que podemos pedir a Dios, que sana los corazones.

No puedo yo creer que alma que tan junto llega de la misma misericordia, adonde conoce la que es y lo mucho que le ha perdonado Dios, deje de perdonar luego con toda facilidad; porque tiene presente el regalo y merced que le ha hecho, adonde vio señales de grande amor”  
Teresa de Jesús, Camino de Perfección, 36,11


Ixcís: "Sólo el amor"

“Señor, enséñame tus caminos” (Salmo 24,4)


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