La Ley y los Profetas es la expresión que, en el mundo de Jesús significa el conjunto de Biblia, de la Revelación de Dios, que es guía y sabiduría para la vida.
Jesús es la
plenitud de la Revelación de Dios. Él nos enseña la plenitud de la Ley.
Esta plenitud no
consiste en cumplimientos (más o menos minuciosos) de unas normas impuestas desde
fuera. Consiste en comprender y practicar, desde el corazón, el sentido de esa
Palabra de vida que nos enseña a vivir y a amar sanamente. Así, en los
capítulos 5 al 7 del Evangelio de San Mateo, Jesús nos habla de practicar con
radicalidad (es decir, desde el corazón, donde está la raíz de nuestros actos)
algunas de las actitudes a las que la ley se refiere: prescindir de toda
violencia, respetar, amar con fidelidad y constancia, ser sinceros, hacer
universal nuestra generosidad y capacidad de amar…
En último
término, es Jesús mismo, con su vida y comportamiento, nuestra referencia para
comprender y vivir esa Ley que Dios ha puesto en nuestros corazones (como
anunciaba Jeremías, 31,33)
Canto: Tu Palabra, Señor, no muere (Taizé)
Lecturas de hoy: https://www.vaticannews.va/es/evangelio-de-hoy.html
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