Hoy escuchamos dos pasajes diferentes del Evangelio, que tienen en común su sentido" programático". En primer lugar, el prólogo de Lucas, que resume la historia de la redacción de los Evangelios: Lucas (como también Mateo, Marcos y Juan) recoge lo que han relatado los primeros testigos de Jesús ("hechos que se han verificado": hay aquí ya una referencia a la Palabra de Dios que son hechos, y a la Verdad, al cumplimiento de las promesas) y compone un relato ordenado de ellos (con un orden no cronológico, sino orientado a descubrirnos la personalidad de Jesús. Para que conozcamos la solidez de la enseñanza que hemos recibido: una firmeza que, en definitiva, es Cristo mismo, la experiencia del encuentro con Él. Y es que los Evangelios no son meros relatos informativos, sino puentes para que vivamos un encuentro personal con el Señor.
A continuación, contemplamos cómo comienza Jesús su misión en Galilea (al volver del desierto), y en Nazaret presenta el sentido de esa misión, llena del Espíritu de Dios (que ya habíamos visto en el bautismo de Jesús) y que es Buena Noticia de sanación, de liberación, de gracia. Una misión que cumple lo anunciado por los profetas, y a la vez le da una nueva dimensión: en este caso, Jesús prescinde del último verso de la profecía de Isaías que lee (Is 61, 1-2), que hablaba de "la venganza de Dios". Ese corte, que escandaliza a sus paisanos (como veremos el próximo domingo) nos muestra ya a Jesús como aquél que reinterpreta y da sentido definitivo a toda la Escritura, pues Él es su centro, es la Palabra definitiva de Dios.
El comentario de Jesús condensa todo un universo de significado en una palabra: hoy.
Hoy se cumple esta Palabra. No sólo en aquella jornada de Nazaret, sino hoy. En el aquí y ahora de tu vida. La Palabra de Dios es viva y actual, y hoy es Buena Noticia para ti. Hoy viene a abrirte los ojos, a darte la libertad de hijo de Dios y liberarte de opresiones y cautividades, para anunciarte lo que hoy significa, en tu vida, el amor gratuito de Dios. Y ser seguidor de Cristo es, con la sencillez y apertura de un pobre, acoger esa Palabra en la realidad actual y cotidiana, para dejarnos iluminar por ella.
Para terminar con una nota práctica: actualmente hay páginas web y aplicaciones que ayudan a orar con el Evangelio de cada día, y profundizar en su sentido. Entre ellas, podemos citar Rezando voy y Evangelio orado
No hay comentarios:
Publicar un comentario