Jesús desenmascara la hipocresía de los fariseos, que declaraban inaceptable el poder romano, pero utilizaban su moneda (incluso en el recinto del templo, y a pesar de que la imagen lleva la imagen del César y proclama su divinidad, y la Ley de Moisés prohíbe ambas cosas). En la práctica, ellos ya han dado "su" respuesta a una pregunta que era una trampa.
Jesús usa el término "devolver" ("apodídômi"), que introduce un matiz importante. La obediencia a los poderes del mundo (el político, el económico, también la cultura, que impone modos de pensar...), se ciñe a su ámbito propio, y está en relación con lo que de ellos recibimos. Dicho de otro modo: de hecho, los obedecemos en la medida en que no somos independientes de ellos. Y nuestra relación con Dios está llamada a responder a su amor, que nos lo ha dado todo. Por eso, asumimos nuestras responsabilidades como ciudadanos de la sociedad en que vivimos, pero no olvidamos que la conciencia está por encima de ellos. Ante todo, estamos llamados a responder a Dios, a su amor, que no cobra impuestos ni pretende imponerse, sino que nos invita a participar de su Vida, la que Jesús nos enseña y nos ofrece.
Lecturas de hoy: https://www.ciudadredonda.org/calendario-lecturas/evangelio-del-dia/hoy
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